Alfonso VI el Bravo (1030-1109)
 
Don Alfonso fue rey de León y de Castilla. Su padre, Fernando I, había dividido sus estados entre sus hijos. No conforme uno de ellos, don Sancho, con que a él le correspondiera el reino de Castilla y a Alfonso el de León, atacó a éste y lo venció en Llantada, cerca del río Pisuerga, y más tarde en Golpéjar.

Alfonso se refugió en Carrión, pero fue hecho prisionero y encerrado en el castillo de Burgos, del que fue libertado por orden de don Sancho con la condición de que profesara en el convento de Sahagún.

Su hermana doña Urraca logró que se fugara y refugiara en la corte de Almamún, rey árabe de Toledo, quien le cedió el castillo de Brihuega, en el que reunió una pequeña corte propia.

Cuando don Sancho sitiaba la ciudad de Zamora, perteneciente a su hermana doña Urraca, murió a manos de Bellido Dolfos. Entonces los leoneses y castellanos aclamaron a Alfonso VI como rey, previo juramento que le tomó el Cid Campeador en Santa Gadea, de no haber tomado parte en el asesinato de su hermano.

Una vez muerto su amigo Almamún, tomó la ciudad de Toledo y mantuvo largas luchas con los árabes, en las que le cupo suerte muy varia. En Uclés, a la que había puesto sitio, perdió a su hijo Sancho, niño de once años, y no teniendo otro varón, le sucedió en el trono su hija doña Urraca.

Enciclopedia Ilustrada Cumbre, t. 1, México, Editorial Cumbre, 1964, p. 203