La Orden de Mayo, por Carlos Dellepiane Cálcena para “Historias Curiosas”
 
La creación de la Orden de Mayo es por decreto ley nº 16.629 del 17 de diciembre de 1957. Esta norma expone en sus considerandos que los propósitos de “señalar el reconocimiento de la Nación hacia todos los que con su esfuerzo contribuyen al progreso, al bienestar, a la cultura y al buen entendimiento y solidaridad internacionales, son intención de la Orden del Mérito ya existente, y que al haber coincidido dichos fines con los ideales de los hombres de Mayo, al crear esta Orden de Mayo se rinde homenaje justiciero a los forjadores de la nacionalidad argentina”.

Si bien la Orden de Mayo es una nueva orden benemérita, la misma ha sido creada en substitución de la Orden al Mérito. En el decreto ley mencionado se deroga la Orden al Mérito y se establece que la condecoración de la nueva orden “será otorgada exclusivamente a ciudadanos civiles y militares extranjeros, que se hayan distinguido por sus servicios y obras personales y merezcan la gratitud de la Nación”.

El artículo 3º del decreto ley de creación, establece las siguientes denominaciones: Al Mérito; Al Mérito Militar; Al Mérito Naval; Al Mérito Aeronáutico.

El artículo 4º define los títulos y grados: Collar; Gran Cruz; Gran Oficial; Comendador; Oficial; Caballero.

El Consejo de la Orden es presidido por el Presidente de la Nación, siendo el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto el Gran Canciller y depositario de la orden.

Por decreto nº 4.487 del 10 de abril de 1958, fue abolido el grado de Collar, dado que la Orden del Libertador San Martín posee el mismo grado para Soberanos y Jefes de Estado y a efectos de unificar la insignia máxima que confiere el Estado Argentino. En esta oportunidad se describen las insignias de la Orden de Mayo al Mérito.

La condecoración está confeccionada en plata dorada a fuego y en su anverso presenta un fondo plisado en forma de rayos concéntricos, de diferentes longitudes, que forman una estrella de ocho puntas, que a su vez enmarcan un conjunto, también concéntrico, de trece rayos rectilíneos. En el centro luce la efigie de la República en relieve, circundada por una línea de esmalte rojo con la leyenda “Al Mérito”. En el reverso, encomienda lisa con bordes bruñidos; aplicado un Escudo Nacional en relieve, moldeado y cincelado, esmaltado en sus colores naturales.

Los reversos de las placas de Gran Cruz y de Gran Oficial son lisos, llevando un broche tipo espiga.

Los diferentes grados se componen de la siguiente forma: Gran Cruz, insignia con banda y placa; Gran Oficial, placa; Comendador, insignia pendiente de una corona de laureles y cinta para el cuello; Oficial, insignia pendiente de una corona de laureles y cinta con pasador; Caballero, insignia pendiente de una cinta con pasador.

La banda tiene un ancho de cien mm. y es de moiree rojo, con dos bordes blancos. Los extremos presentan terminación desflecada y se encuentran unidos por un moño doble.

La cinta de los otros grados es de cuarenta y cinco mm. de ancho, de moiree, con centro rojo y bordes blancos.

Los condecorados con la Gran Cruz usan la banda de derecha a izquierda, de la que pende la insignia de la orden, además de una placa que se lleva en el lado izquierdo del pecho.

Los condecorados con el grado de Gran Oficial, llevan la placa en el lado izquierdo del pecho.

Los Comendadores usan la medalla pendiendo de una cinta sujeta al cuello.

Los Oficiales y Caballeros usan la medalla pendiendo de una cinta del lado izquierdo del pecho.

Los titulares pueden usar en la solapa la boutonnière o roseta de la orden con sus colores, de acuerdo con los modelos correspondientes, como así también la miniatura réplica de la misma.

Las categorías de Gran Cruz a Caballero, son testimoniadas por un diploma firmado por el Gran Maestre y refrendado por el Ministro que haya propuesto la condecoración.

Dellepiane Cálcena, Carlos. “La Orden de Mayo”. (En: Revista Diplomática Placet, Buenos Aires, nº 53, p. 36 ilus., marzo 1992).

Dellepiane Cálcena, Carlos. “Condecoraciones argentinas; La Orden de Mayo”. (En: Cuadernos de Numismática y Ciencias Históricas, Buenos Aires, t. 22, nº 96, p. 3-9 ilus., jun. 1995).