El Paseo Los Tres Ombúes según pasan los años
 
Desde tiempo inmemorial, uno de los paseos predilectos de las familias que veraneaban en San Isidro, era el de Los Tres Ombúes. Las familias concurrían por las tardes en sus carruajes, organizando corsos en la pequeña plazoleta. Era un Palermo en reducción, con vistas más poéticas.
Cuando la luna brindaba sus claridades se veía frecuentado por toda la sociedad distinguida, que aprovechaba las delicias del paisaje haciendo agradable reunión social.
En el bajo de los Ombúes se organizaban picnics a la hora del té. Cada uno concurría con su paquete o canasta, en los que las provisiones no faltaban, primorosamente preparadas con especial condimento doméstico. La reunión terminaba siempre con un baile al son de música de cuerda regresando al pueblo, cuando ya la noche esparcía sus tinieblas.

Fuentes: Adrián Beccar Varela, San Isidro. Reseña histórica, Buenos Aires, Compañía Impresora Argentina, 1991, p. 156-158; “San Isidro”, La Nación, Buenos Aires, 27 de marzo de 1905, p. 7; “Vida Social”, El Diario, Buenos Aires, 17 y 18 de marzo de 1907, p. 5


En reiteradas oportunidades, “San Isidro” se quejaba amargamente por el espectáculo deshonesto que ofrecía un grupo de borrachines en el mejor mirador de nuestro pueblo. Escandalizado e indignado a causa de la inacción oficial, en su edición del sábado 22 de marzo de 1930, lanzaba una severa advertencia:
“Por tercera y última vez llamamos la atención, y en esta ocasión por indicación de personas respetables, sobre el estado por demás deplorable en que desde hace algún tiempo a esta parte se encuentra la terraza de ‘Los Tres Ombúes’.
“Ese poético rincón sanisidrense desde donde se contempla el río anchuroso en toda su belleza y poesía, hase convertido en lugar de reunión de mendigos, los que se entregan a los excesos de la bebida, profieren expresiones obscenas y cometen toda clase de actos reñidos con la moral más elemental. Y todo esto a la vista de los pequeñuelos que frecuentan ese lugar sobre todo en los días de fiesta.
“No es posible que esto suceda en un pueblo culto como San Isidro y en un paseo público tan renombrado”.

“Sociales”, ‘San Isidro’, San Isidro, 22 de marzo de 1930, p. 16


Al mes siguiente “San Isidro” -tal vez sin saberlo- fomenta el turismo histórico al promocionar al simpático parquecito de los Ombúes:
“Hermosa terraza desde la cual, como de elevada atalaya, se contempla el panorama bellísimo del ‘Mar dulce’. ¡Cuántas confidencias íntimas, cuántas promesas se han hecho a la sombra de los añosos árboles, que como testigos mudos han asistido a la mitad de la historia de nuestro pueblo!”.

“Los Tres Ombúes”, ‘San Isidro’, San Isidro, 5 de abril de 1930, p. 9


Con respecto a la quinta lindera al paseo, en otro número del semanario católico leemos lo siguiente:
“Se agradecerá a la persona que indique el paradero de un potrillito de poco tiempo que se ha extraviado de la quinta ‘Los Tres Ombúes’”.

“Notas Sociales”, ‘San Isidro’, San Isidro, 25 de noviembre de 1922, p. 8