Con un amplio rechazo vecinal expresado en las redes sociales, recientemente el Municipio de San Isidro ha renovado su imagen a través de un "nuevo escudo", como emblema representativo.
Diseñado por la empresa del publicista Ernesto Savaglio en vez de haberlo creado un heraldista, el municipio le abonó la módica suma de medio millón de pesos, según consta en el número 899 del Boletín Oficial (decreto 232 del 24 de enero de 2014). El tema no fue tratado en el Concejo Deliberante, no hubo llamado a concurso ni a licitación pública, ni existe norma alguna que determine el cambio del escudo oficial del municipio. El artículo 1° del decreto aludido especifica que se trata del desarrollo y diseño de una marca de identidad del Municipio de San Isidro. El documento lleva las firmas de los doctores Carlos Castellano, concejal a cargo del Departamento Ejecutivo, y Ricardo Rivas, secretario general de Gobierno y Administración.
¡Its a bargain!, dirían los ingleses, realmente se trata de una verdadera pichincha. Gasto innecesario e inmoral, cuando existen prioridades, salvo que San Isidro haya alcanzado la capacidad económica de algún emirato árabe. San Isidro se caracteriza por ser fiel a sus tradiciones y, como ya contamos con un antiguo escudo, no necesitamos la llamada marca, que parece más un logo comercial que un escudo, impropia para ser nuestro símbolo local.
La marca de identidad, eufemismo utilizado para no llamar a las cosas por su nombre, fue presentada a funcionarios municipales, concejales e instituciones amigas y, ocupando el lugar del antiguo escudo, ya reemplaza la anterior estética en toda la comunicación oficial. Los patrulleros municipales y la cartelería de las calles del distrito dan cuenta de una fuerte y costosa campaña publicitaria en la renovación de la imagen del municipio.
El "nuevo blasón", en azur y plata, tiene en su campo a toda una sopa de letras, pues las iniciales que allí aparecen representan al partido y sus localidades. Se toman figuras del antiguo escudo y de la bandera municipal para colocarlas en su campo y en su exterior como ornamentos y cimera. Así tenemos el río, el sol, la iglesia, las hojas y flores del espinillo. Las grandes innovaciones consisten en su forma inglesa, una banda que no se entiende qué pretende representar y los caballos y la torre ojival de nuestra catedral dibujados sin estilización alguna. Lejos está nuestro "nuevo escudo" de cumplir con las leyes de la Heráldica.
En síntesis, despilfarro escandaloso, mala o mejor dicho nula heráldica, improvisación, todo ello reúne el "nuevo escudo municipal", que nos recuerda muchísimo al "blasón" de la casa de pastas donde compramos los ravioles el domingo...
Nota: Si bien, jurídicamente, la marca de San Isidro no reemplaza al escudo original, la realidad es que el antiguo escudo queda olvidado pues ya no aparece en los patrulleros locales ni en la cartelería pública. Hasta ahora no se ha difundido información oficial sobre la marca de identidad.