A continuación transcribimos un artículo periodístico sobre actividades hípicas efectuadas en Buenos Aires en julio de 1929:
En el estadio de la Sociedad Rural Argentina, sito en Palermo, se realizó ayer el cuarto concurso hípico organizado por la subcomisión de la entidad encargada de estas pruebas y que preside D. Carlos Costa Diana.
Una concurrencia relativamente numerosa presenció los concursos y estimuló con sus aplausos a los que lograron una buena calificación.
Premio Pancho
Este concurso, reservado para todo caballo con exclusión de ganadores, consistía en un recorrido sobre nueve obstáculos variados de 1 metro a 1 metro 10 de alto, espesor máximo de 1 metro 30 y zanja de tres metros de ancho.
De acuerdo con la nueva reglamentación establecida, el tiempo máximo para el recorrido fue fijado en 130, recargándose el exceso con un cuarto de falta por segundo.
A igualdad de faltas dentro del tiempo máximo establecido para la clasificación del jinete, debía procederse al desempate en un recorrido que fijó el jurado sobre cuatro vallas.
La inscripción de competidores llegó a un número elevado, pero a último momento varios de ellos optaron por no participar en la prueba.
Tomaron parte los siguientes:
Máxima Merlini, con Amaruc; Jorge Graziosi, con Clavito; Ramón R. Muchenick, con Cholo; Víctor Merlini, con Don Facundo; Víctor Fernández Bazán, con Dorotea; Amabrio S. del Villar, con Grone; teniente primero César Villafañe, con Jaguar; capitán Alberto Da Rocha, con Krömprinz; Jorge Larrambebere, con Milonga; subteniente Guillermo Sarmiento, con Muñeco; Jorge Graziosi, con Pernambuco; Amabrio S. del Villar, con Pibe; subteniente Guillermo Sarmiento, con Talismán II; Carlos H. Barbosa, con Verano; Pierina Onetto, con Zahén; teniente Carlos A. Tula, con Zorro; Osmán Righetti, con Zorro Colorado, y teniente Amarfil Lucero, con Zorzal II.
La nota descollante de la prueba dióla el jinete Jorge Larrambebere, con Milonga, quien logró obviar con esmerada limpieza todos los obstáculos en tiempo menor al máximo prefijado por la comisión.
Al poner cima a su excelente recorrido, el jinete recibió calurosas ovaciones de la concurrencia.
Siguiéronle en orden de méritos los jinetes Jorge Graziosi, con Clavito; subteniente Guillermo Sarmiento, con Muñeco; Carlos H. Barbosa, con Verano, y teniente Amarfil Lucero, con Zorzal II, quienes en virtud de haber incurrido en igual número de faltas y tiempo menor al prefijado debieron desempatar en una prueba suplementaria sobre cuatro obstáculos, en la que resultaron eliminados Lucero y Barbosa.
En definitiva la clasificación general fue como sigue:
Primero, Jorge Larrambebere, con Milonga, ninguna falta, en 129; segundo, subteniente Guillermo Sarmiento, con Muñeco, 2 faltas, en 119; tercero, Jorge Graziosi, 2 faltas, en 123.
Al presentarse ante el jurado los ganadores fueron objeto de entusiastas demostraciones por parte del público.
El ganador del concurso, Jorge Larrambebere, es la primera vez que se clasifica en el primer puesto en certámenes organizados por la entidad precitada, por cuyo motivo su bonito triunfo constituye un verdadero estímulo a su afanosa e inteligente consagración a las actividades hípicas.
Otro tanto cabe decir del joven Graziosi y del subteniente Sarmiento, quienes han acreditado condiciones estimables para la equitación de saltos.
Premio Brujo
Concurso para todo caballo, presentado por amazonas. Recorrido sobre ocho obstáculos variados de 1 metro a 1 metro 20 de alto y espesor máximo de 1 metro 30.
Tomaron parte las siguientes:
Pierina Onetto, con Conejo y Zahén; Mary Leslie, con Gauchito y Simbra; Celia G. de Astudillo, con Ilusión; Máxima Merlini, con Inca II y Pino; María A. de Galane, con Indio Manso y Sargento Cabral; Elda Leví, con Sultana.
La prueba fue disputada con auspicioso entusiasmo, correspondiendo el primer puesto a las amazonas Mary Leslie y María A. de Galane, quienes hicieron sin faltas su recorrido en tiempo menor al prefijado, que era 110.
En vista de ello, el jurado hizo disputar por las mismas una prueba suplementaria sobre 4 obstáculos, para decidir a cuál correspondería la clasificación privilegiada.
En consecuencia de esta nueva competencia, la posición final fue la siguiente:
Primera, Mary Leslie, con Simbra, ninguna falta, en 14; segunda, María A. de Galane, con Sargento Cabral, ninguna falta, en 18; tercera, Pierina Onetto, con Conejo, 2 faltas; en 13.
Las demás incurrieron en las siguientes faltas: Celia G. de Astudillo, 4 faltas, en 17 y medio; Mary Leslie, con Gauchito, 6 faltas y media, en 112; Máxima Merlini, con Pino, 9 faltas y tres cuartos, en 125, Máxima Merlini, con Inca II, 10 faltas y tres cuartos, en 153; María A. de Galane, con Indio Manso, 18 faltas y un cuarto, en 149; Elda Leví, con Sultana, 19 faltas y media, en 148.
La Srta. Onetto, que hizo un estimable recorrido con Conejo, estuvo desafortunada con Zahén, pues a consecuencia de haber rodado su cabalgadura, experimentó una caída sin consecuencias, que la dejó sin chance.
Igual cosa ocurrió a la Srta. Leví, quien se levantó inmediatamente y prosiguió decidida su recorrido, en el que, como es de suponer, no tuvo mayor chance.
Premio Santos Vega
Esta prueba de potencia, reservada para caballos ganadores de primero, segundo o tercer premios presentados por sus propietarios, se realizó a continuación, tomando parte los siguientes inscriptos:
Amabrio S. del Villar, con Brujo; Carlos H. Barbosa, con Buddy; Osmán A. Righetti, con Cimarrón y Trifón II; Ramón R. Muchenick, con Gin Gin; teniente Anacleto Llosa, con Matrero; subteniente Pedro A. Fox, con Suma, y mayor Juan Arribau González, con Santos Vega.
No se presentaron Amabrio S. del Villar, con Don Segundo Sombra, y Leonardo Wotters, con Leonardo y Pancho.
Se iniciaron los saltos sobre obstáculos colocados a 1 metro 10 de altura, y dadas las severas condiciones que regían la prueba, su desarrollo suscitó la más intensa expectativa.
Los jinetes no respondieron en general en la medida que sus relevantes condiciones y los antecedentes de sus cabalgaduras hacían esperar, pues de todos los que tomaron parte, los únicos que lograron obviar las vallas fueron del Villar, que lo hizo con esmerada limpieza; Llosa, que hizo muy buenos saltos con una sola falta; Carlos Barbosa y Muchenick, que saltaron con 4 y 5 faltas, respectivamente.
El resto, incluso el mayor Arribau, que en la anterior disputa de este premio se clasificó en el primer puesto en brillante forma, con Santos Vega, quedó eliminado, en virtud de haber volteado las vallas.
En la siguiente vuelta se colocaron las vallas a 1 metro 20, pero ninguno de los que saltaron logró hacerlo, por cuyo motivo la clasificación general quedó así:
Primero, Amabrio S. del Villar, con Brujo, ninguna falta, con 1 metro 10 de altura; segundo, teniente Anacleto Llosa, con Matrero, 1 falta, con 1 metro 10, y tercero, Carlos H. Barbosa, con Buddy, 4 faltas, con 1 metro 10 también de altura.
El subteniente Fox sufrió una caída, afortunadamente sin consecuencias, al saltar el primer obstáculo, por haber rodado su caballo, y ello le inhabilitó para proseguir la disputa del concurso.
Los triunfadores recibieron al desfilar por ante el palco del jurado nutridos aplausos.
Tres pruebas se disputaron en la S. Rural, La Nación, Buenos Aires, 8 de julio de 1929, p. 20
Recordamos que la mencionada Máxima Merlini era una de las amazonas que más se destacaba en las cacerías del zorro de la época.
A principios de julio de 1929 se disputó en Barcelona la prueba de obstáculos denominada Barón de Benimuslen, en el concurso hípico internacional organizado por el Real Polo Jockey Club. Se presentaron cuarenta competidores, clasificándose sólo cuatro sin ninguna falta. El primer puesto lo ocupó Carlile, de propiedad del señor Villanova; el segundo puesto fue ocupado también por un español, correspondiendo el tercero y el cuarto a los portugueses.
Los españoles ganaron un torneo hípico internacional, La Nación, Buenos Aires, 7 de julio de 1929, p. 5
El 23 de junio de 1929 había tenido lugar en el hipódromo de Auteuil el Grand Steeple-Chase de París, la prueba de obstáculos más importante de cuantas se disputaban en el turf francés. El steeplechase se corría sobre la distancia de 6.500 metros, y ese año la recompensa otorgada al ganador había sido de 600.000 francos. Doce competidores participaron en la prueba máxima de Auteuil y el triunfo correspondió a Le Touquet, un caballo de siete años -hijo de Marmouset y La Bougerie- montado por el jockey L. Duffourc.
El Grand Steeple-Chase de París, La Nación, Buenos Aires, 12 de julio de 1929, p. 14
Otra seguidilla de pruebas de saltos hípicos ocupó la pista central de la Sociedad Rural Argentina el domingo 3 de agosto de 2008. A las tres de la tarde se inició la primera competencia organizada por la Federación Ecuestre Argentina, con un recorrido de quince obstáculos, a un metro de altura. Fue una prueba para jinetes de tercera categoría y amazonas, que clasificaron por separado. La joven amazona Victoria Basavilbaso, con el caballo Daisy Areco, fue la ganadora de la primera prueba, terminó su recorrido sin puntos en contra en 66 segundos y 69 centésimas. Las competencias se sucedieron hasta el anochecer y la altura de los obstáculos se fue incrementando con el correr de la tarde. El multitudinario público lamentaba cada derribo de un obstáculo como propio y alentaban con aplausos a aquellos binomios que en el tramo final no tenían faltas. Al finalizar las pruebas se entregaron las cucardas a los clasificados, quienes fueron ovacionados por la concurrencia mientras daban la vuelta de honor a la pista.
EMILIA SUBIZA, Destreza y fervor en la pista central. Deslumbraron los certámenes hípicos, La Nación, Buenos Aires, 4 de agosto de 2008, p. 9