Dice la prestigiosa autora (Revista Cruz del Sur, n° 16): “En este trabajo nos ocupamos de la vida y la obra del pintor Eduardo Federico de Martino, que se inscribe en el movimiento cultural romántico, cuya peculiaridad fue la exaltación del sentimiento frente a la razón que caracterizaba al Neoclasicismo. Los ingleses de mediados del siglo XIX, fueron los primeros grandes paisajistas que se adentraron en la naturaleza para llevarla a sus cuadros. Así se difundió el género de marinas, que buscaba la inspiración en el mar como paisaje, pero que también incluía zonas portuarias y de embarcadero, playas, ríos, canales y panorámicas. El maestro, muy consustanciado con su profesión de marino, plasmó en sus telas batallas navales. Y fueron los barcos y navíos el objeto de su arte. Esa corriente que tuvo amplio desarrollo desde el siglo XVII en Holanda, reflejó su poderío marítimo y la importancia del comercio de exportación. Luego en los siglos posteriores pasó a Gran Bretaña por las mismas razones”. Para ver el trabajo completo en línea o descargarlo, hacer click sobre el siguiente ícono: