Réquiem para otro chalet pintoresquista en Banfield, por el Dr. Oscar Andrés De Masi
 
La devastación del patrimonio arquitectónico en las localidades del partido de Lomas de Zamora no se detiene; antes bien, se acelera a impulsos de un mercado inmobiliario y de unas preferencias estéticas de los comitentes, que arrasan con el pasado de aquel paisaje edificado que supo consolidarse como una “marca registrada” del suburbio residencial y burgués.

En las localidades de Banfield, Lomas de Zamora (cabecera del partido) y Temperley, la impronta de un pintoresquismo inspirado en el modelo formal del “cottage” británico, transformado en el chalet inglés (en sus variantes Victoriana, Normanda, Tudor, Eduardiana, etcétera) adquirió rasgos casi dominantes, aunque no exclusivos (es interesante la convivencia con lenguajes formales academicistas eclécticos de cuño francés o belga, con gramáticas italianizantes, con gestos neocoloniales, con el pintoresquismo alemán, o con las novedades Art Déco y Racionalistas y otras variantes). Naturalmente, la huella identitaria del Ferrocarril del Sud quedó marcada en aquel paisaje equilibrado y amigado con arboledas y jardines.

En el caso de Banfield (y muy especialmente el lado Oeste de las vías del ferrocarril), el paradigma del “chalet inglés”, por darle un rótulo más o menos genérico, es un hito ineludible y prolongado en su historia arquitectónica, multiplicado en tantísimos especímenes. Aquellos especímenes, como los dinosaurios, van camino de la extinción…

Hace unas semanas llamamos la atención en nuestra plataforma Instagram / Viaje a las estatuas (https://www.instagram.com/viajealasestatuas/) acerca del inminente (y fatal) destino de un simpático chalet ubicado en la calle Capello al 100, frente al pasaje Boffi (antes Fleming), obra del constructor local Félix Rossi. La casa fue vendida hace unos meses y ya ostentaba el cartel de “demolición”, con una altura autorizada de 4,80 m.

Si bien no se trataba de un edificio auténticamente inglés, proyectado por un arquitecto inglés (que los hubo y los hay todavía en la zona, como los muy cercanos chalets de W. P. Bindon), copiaba y simplificaba exitosamente los rasgos salientes de la arquitectura pintoresca británica. Y empleaba, además, recursos constructivos de excelente calidad. Por otra parte, su escala, su paleta de colores y su planta única lo acomodaban perfectamente a esa cuadra y a su entorno. Era un ejemplo de aquellos chalets que proliferaron en el distrito en los años 20 y 30. Ya no existe. Apenas queda visible, tras la rápida demolición, su silueta marcada en la medianera.

No quisiera arriesgarme a predecir el futuro, pero no hay razones para suponer que el edificio que va a levantarse en lugar del chalet de Rossi sea mejor que el edificio demolido: ni las calidades proyectuales ni las calidades constructivas de la arquitectura de reemplazo en la zona superan a aquellas calidades de los viejos constructores lomenses. En este caso, como en tantos otros que hemos visto, la regla de hierro es que todo lo que viene es peor (mucho peor) que lo anterior…



Foto de Oscar Andrés De Masi, abril de 2018


La foto de portada es gentileza de Oscar Andrés De Masi, marzo de 2018